Antes de nada, tendríamos que saber que la grasa no es mala, siempre y cuando se encuentre en las proporciones adecuadas. Como tal, ésta cumple un papel fundamental en el organismo, ya que actúa como aislante corporal, transporta vitaminas en el cuerpo (vitamina A, D, E y K), regula nuestro metabolismo, es una de las principales formas de almacenaje de energía de nuestro organismo y actúa como sustentador y protector de muchos órganos de nuestro cuerpo. Por lo que no se trata, en un principio, de un enemigo al que tengamos que combatir.
El problema viene cuando esa cantidad de grasa supera unos ciertos límites y pasa a ser peligrosa. En el caso de la grasa acumulada en el abdomen, la cantidad de ella que tengamos, además de ser estéticamente fea es un indicador de que nuestra salud no está pasando por sus mejores momentos y que las posibilidades de sufrir un paro cardíaco, de tener el colesterol por las nubes y un sinfín de problemas más, son bastante elevadas.
Esto se debe a que la grasa localizada en el abdomen, que lo hace debido a una mala alimentación, el sedentarismo, el estrés, el sistema endócrino y sus hormonas, los genes o alguna afección en particular, es metabólicamente más peligrosa para la salud que aquella ubicada en las caderas, por ejemplo. Por ello, vamos a dar una serie de consejos para evitar que la grasa se acumule en esta zona, y aunque desde luego no lo son para ejercitar lo abdominales, son condición indispensable si queremos lucirlos, ya que la grasa entre otras cosas, ‘los oculta’ e impide que, una vez trabajados, puedan lucirse.
- Los ejercicios aeróbicos son fundamentales para la pérdida de grasas. Estos han de realizarse adecuadamente y deben estar combinado con entrenamientos en los que la fuerza sea también su principal protagonista, porque a la vez que perdemos grasas con los ejercicios aeróbicos, los entrenamientos de fuerza fortalecerán tus músculos, mejorarán tu postura e incrementarán tu metabolismo basal.
- Cuidado con acompañar los ejercicios aeróbicos con dietas muy estrictas. No podemos restringir severamente la ingesta calórica porque con eso sólo conseguiríamos disminuir nuestro metabolismo y quemar menos grasas en los momentos que no estemos realizando ejercicios.
- Con respecto a la comida creo que no tengo que deciros nada más. Recordad que las grasas saturadas, azúcares simples y calorías excesivas son nuestros enemigos, a la vez que intentaremos realizar cinco comidas diarias y no pocas pero abundantes. Con esto conseguiremos un aumento de nuestro metabolismo y un mejor estilo de vida.
- No podemos olvidarnos de una hidratación adecuada, pues eso evitará la retención de líquidos.
- Como siempre hemos dicho, el tipo de vida que llevemos es fundamental. Debemos descansar lo suficiente, evitar el estrés y con ello conseguiremos que la ansiedad, que muchas veces nos provoca esos ataques de hambre compulsivos y los desajustes hormonales, se vean minimizados y con ellos la acumulación de grasas en el abdomen.
Y sobre todo, tened en cuenta que debéis realizar estos consejos no sólo por cuestiones estéticas, sino también en favor de vuestra salud y para evitar problemas en un futuro próximo. La grasa, al fin y al cabo, es producto del sedentarismo, al que sí que podemos considerar el verdadero rival a derrotar para sentirnos mucho mejor.
