Apostando por una línea creativa más urban y con algo más de color, quieren que el dénim sirva como reflejo de ese espíritu aunque solo sea en los pantalones (chaquetas y camisas vaqueras son demasiado todavía). Además, ya metidos en faena, no solo apuestan por este particular tejido, sino que lo combinan con lavados a la piedra, degradados de color con lejía, rotos en los pantalones y, una vez más, la arruga como identidad de la rebeldía y la informalidad.
Para ello, el tiro de pantalón escogido ha sido bastante ajustado: un straight lenght o un boot cut. La pierna tiende a estrecharse una vez llegamos a los bajos, si bien se suelen llevar sueltos en la cadera, pudiendo ponernos cinturón o no, pero sabiendo de antemano que no hace falta y que puede tratarse de un mero elemento decorativo, un complemento más al conjuntos.
Los colores no siguen una estética tan precisa: los tenemos en tonos azules oscuros con degradados claros y al revés, si bien los más acertado son los monocromáticos en tonos algo más oscuros (el claro deja de verse paulatinamente según nos alejamos del verano, especialmente en los pantalones) por poder conjuntarse con un mayor número de piezas y servirnos como fondo de armario para el invierno.